En apenas unos días comenzamos una nueva década inmersos en un momento en el que la mayoría de las empresas tienen la necesidad de digitalizar sus procesos de negocio para adaptarse a los nuevos desafíos del entorno cambiante.
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La digitalización va más allá de cambiar el lápiz por el teclado o pasar del papel a la tablet. La transformación digital de un negocio va de reinventar la propia empresa diseñando nuevos modelos de negocio asociados a la transformación de los procesos internos y del conocimiento del cliente mediante el uso de tecnologías digitales. Digitalizar sirve para hacerlo todo más simple, rentable y reducir las fases de una cadena de valor.
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La digitalización es el camino, no el objetivo
El resultado final de la digitalización es mejorar la relación entre empresa y cliente. Esto es, digitalizar ayuda a las empresas a colocar al cliente en el centro de la propuesta de valor, crear una relación con él y entender sus verdaderas necesidades.
La competitividad empresarial depende de ello y la tecnología resulta ser una gran aliada, ya que facilita que se produzca esa transformación. Pero ojo, tengamos presente que la tecnología es un camino, no un objetivo. El objetivo es la transformación. La tecnología digitaliza sí, pero no transforma, somos nosotros quienes realizamos esa transformación. La tecnología ayuda a entender la empresa, la competencia y el sector y esa información es la base para tomar decisiones y hacer que la compañía se humanice y comience a relacionarse de otra manera con sus clientes o grupos de interés.
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El reto no es sencillo
Según los datos del Informe Digital Vortex del Centro Global para la Transformación Digital de los Negocios elaborado por Cisco, en los próximos cinco años, 4 de cada 10 compañías serán desplazadas de su posición en el mercado por falta de innovación, velocidad o cambio de capacidad de reinvención para afrontar el desafío digital.
Todos recordamos casos como los de Kodak, Nokia, Napster o Blockbuster que mostraron al mundo las consecuencias de quedarse rezagados en esa transformación. Estas compañías no fueron conscientes de un nuevo agente disruptivo en el escenario, un competidor que hacía las cosas de forma diferente los borró del mercado, aun haciendo las cosas bien. Porque para que haya competitividad en una empresa no solo hay que hacer las cosas bien, también preveer y anticiparse a los cambios de los clientes o usuarios.
En el otro extremo, tenemos a Spotify. Al nacer, revolucionó el modo en que las personas accedían a la música. La tecnología fue el camino que permitió acceder desde cualquier lugar a la librería de canciones más grande del mundo. Su éxito fue debido a un cambio de pensamiento. El usuario pasaba de comprar productos a consumir servicios, de comprar discos a consumir música. Ese nuevo modo de pensar generó un nuevo modelo de negocio que ahora muchas compañías replican en sus respectivos sectores.
La transformación digital ya está modificando las estructuras de la sociedad. La gran mayoría de las empresas más grandes no existían hace tan sólo una década. Han sido disruptivas no por la tecnología aportada, sino por el modo en que han modificado las reglas. Uber, Amazon, Facebook, Airbnb o Netflix son un buen ejemplo de ello.
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Digitalización + Creatividad + Intuición = Innovación
El mundo cambia muy rápido. La revolución digital está cambiando las reglas del juego y vendrá acompañada de grandes cambios que se producirán en las próximas décadas: en la economía, en la educación, en el empleo, en las profesiones, etc.
Gracias a la automatización y a la tecnología, vamos a poder trabajar de manera más eficiente en ámbitos propios de nuestras capacidades humanas, y menos en tareas repetitivas que una máquina hará mejor.
La digitalización no llevará a prescindir de las personas en los procesos, sino a optimizar los procesos para que nos dediquemos a aquello que realmente importa. En estos momentos, la tecnología nos da la oportunidad de ser más humanos que nunca. La creatividad y la intuición tendrán un valor exponencial.
En una época en la que los mejores planes de empresa se alteran rápidamente y la necesidad de nuevas tácticas es constante, aparece la necesidad constante de innovar.
Digitalizar es dar el primer paso para transformar y humanizar aún más la empresa. Digitalizarse es utilizar tecnología para entender más a nuestros clientes y hacer las cosas de forma más eficiente.
Obtener nuevos modelos de negocio gracias a esa tecnología es transformarse.
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